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BBVA fortalece su rol en la inversión comunitaria y su impacto positivo en la sociedad

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Una reconocida institución financiera global ha alcanzado un logro significativo en su esfuerzo por la responsabilidad social corporativa, cumpliendo un año antes su meta de inversión comunitaria establecida para 2025. Entre 2021 y 2024, la entidad asignó alrededor de 600 millones de euros a iniciativas sociales, superando ampliamente los 550 millones inicialmente proyectados. Estas iniciativas han impactado directamente a casi 106 millones de individuos en diversas naciones, centrándose en tres áreas estratégicas: educación, inclusión y emprendimiento.

El éxito ocurre en un entorno donde la sostenibilidad, la equidad social y el efecto positivo en las comunidades se han transformado en elementos esenciales para las grandes empresas, principalmente en la industria financiera. En este contexto, la organización ha creado y llevado a cabo un plan enfocado en impulsar el desarrollo social inclusivo, integrando proyectos educativos, esquemas de microfinanzas y medidas de respuesta ante situaciones de emergencia.

Uno de los pilares clave de esta estrategia ha sido la inversión en educación. Aproximadamente el 63% del presupuesto total, lo que equivale a más de 370 millones de euros, se ha destinado a impulsar el acceso a una educación de calidad. Esta inversión ha hecho posible una amplia variedad de programas, como la transformación digital del sistema educativo en España, mediante la formación de más de 20.000 personas al año, y becas para jóvenes vulnerables en México, que buscan facilitar el ingreso y permanencia en la universidad.

Asimismo, la institución ha extendido su alcance a nivel internacional con programas formativos y de capacitación en distintos continentes. En Turquía, por ejemplo, ha desarrollado programas especializados en competencias digitales para docentes. En Argentina, ha promovido la educación financiera entre adolescentes, mientras que en Perú ha respaldado iniciativas para mejorar la comprensión lectora en las escuelas públicas.

En el campo educativo, la organización ha dirigido más de 5.000 millones de euros en micropréstamos mediante una fundación dedicada a las microfinanzas, apoyando a más de tres millones de empresarios en América Latina. Estas iniciativas tienen como objetivo fomentar la independencia económica en comunidades usualmente marginadas del sistema bancario, promoviendo su desarrollo duradero y fortalecimiento colectivo.

La entidad ha tenido un rol crucial en la reacción frente a emergencias humanitarias. De 2021 a 2024, ha asignado aproximadamente 45 millones de euros para enfrentar situaciones críticas como el conflicto en Europa del Este, el sismo en Turquía o los daños resultantes de eventos climáticos extremos en varias áreas. Un ejemplo reciente fue su pronta acción después de las inundaciones en España en octubre de 2024, donde contribuyó con cuatro millones de euros en asistencia directa y lanzó una campaña que obtuvo más de siete millones adicionales.

Otro componente importante ha sido el voluntariado corporativo, con la participación de alrededor de 53.000 empleados en actividades solidarias. Estas han incluido desde la alfabetización digital de personas mayores hasta el apoyo logístico en bancos de alimentos y acciones ambientales, reflejando una cultura organizacional orientada al impacto positivo y el compromiso colectivo.

Del mismo modo, la cooperación con entidades del tercer sector ha sido una práctica continua. Durante los años recientes, más de 140 organizaciones no lucrativas han obtenido recursos económicos mediante convocatorias creadas para respaldar proyectos con influencia local. Se ha asignado un total de 6,7 millones de euros a estas acciones, que van desde la integración social hasta el cuidado del medio ambiente.

Con estas acciones, la entidad no solo ha superado sus compromisos financieros en materia social, sino que también ha consolidado su papel como referente en banca con propósito. Su estrategia está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, particularmente en lo referente a la educación de calidad, la reducción de desigualdades y la acción frente al cambio climático.

Este enfoque integral, que combina inversiones directas con alianzas institucionales y participación ciudadana, demuestra que el sector financiero puede ser un agente transformador con impacto tangible en la vida de millones de personas. La visión de futuro de esta entidad refuerza la importancia de integrar los valores sociales y ambientales en la estrategia corporativa como una vía efectiva para construir un mundo más justo, equitativo y resiliente.

Por Otilia Adame Luevano

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